¿HABRÁN VIVIDORES EN LIBRE?
Rodolfo Cortés Calderón
El gran filósofo mexicano Fernando Buen Abad Domínguez, escritor de izquierda, militante marxista, con una hoja de vida admirable que siempre escribe tan claro y directamente me hace constantemente meditar y reflexionar. Hoy día analizando lo que pasó en el Partido LIBRE, con el saqueo de parte de los “liberales” en las elecciones del 18 de noviembre pasado, pienso si no estará lleno de esta plaga. Veamos lo que nos dice su poema:
LOS VIVIDORES
Con gran esmero
la burguesía ha perfeccionado
una legión mundial
uniformada ideológicamente
con los más preclaros valores decadentes del capitalismo:
Los vividores.
Su trabajo
es vivir del trabajo de otros,
su placer
es contar en silencio
el número de víctimas
a las que han saqueado algo:
Una cena, un préstamo, un contrato, una recomendación,
un libro, un empleo, un billetito....
Los tenemos por todas partes.
Alertas.
Su arte mayor es disfrazarse de corderos....
No pocas veces
el talento organizativo de los "vividores"
los conduce a gobernar países
o a infiltrarse en esferas directivas claves.
En algunos lugares se hacen llamar "monarcas",
en otras partes
se dicen "excelencia",
"presidente", "ministro", "asesor"...
La escala puede ser a nivel de compadres,
de amigos, de vecinos,
de familias o de matrimonios.
No hay frontera,
no hay límites de edad,
ni freno a las ambiciones de un vividor
amateur o profesional,
hombre o mujer".
Fernando Buen Abad
(Los vividores.
Semiótica de la moral burguesa-2012)
11 de febrero 2013.
Red de Comunidades Cristianas en Resistencia
Artículo
LOS CRISTIANOS ANTE EL IMPERIALISMO
Pedro
Serrano García
En este artículo
analizamos brevemente algunas actitudes de los cristianos ante el poder, tanto
al principio de nuestra era como en la actualidad.
En los siglos I y II
El movimiento
cristiano surge en el siglo I de nuestra era, en el marco de la dominación
romana sobre los pueblos que circundaban el mar Mediterráneo y algunos más. El
Imperio romano estaba compuesto por: 3% clase
dominante: emperador y su corte, la élite y el senado, terratenientes y grandes
comerciantes. 97% clase subalterna: 12% asistentes
(soldados, sacerdotes, criados y empleados); 70% marginados (64% campesinos, 3% comerciantes de baja categoría, 3%
artesanos –como José y Jesús-), y 15% impuros
(mendigos, bandidos, prostitutas…). En esa época no había clase media o era
insignificante.
Jesús propuso alternativas de vida a construir
(reinado de Dios-Padre, liberación de los oprimidos y bienaventuranzas de los
empobrecidos), frente a los sistemas de
muerte existentes en su época (imperio romano, explotación económica,
sociedad patriarcal, privilegios de castas, religión de intereses).
Roma amparaba
todos estos sistemas opresores a favor de los poderosos y contra las mayorías
marginadas. Es evidente que los
cristianos nunca consideraron la violencia como una opción para transformar las
estructuras de muerte en estructuras de vida.
En el Nuevo
Testamento, los cristianos adoptaron frente a la dominación romana diversas
posturas pacíficas, unas críticas y otras conformistas.
-Entre las actitudes de rechazo destacamos: 1) El
imperio es la gran bestia al servicio del monstruo demoniaco, que merece el
rechazo total. 2) Por su maldad ya está
sometida Roma al juicio divino que debemos mostrar al mundo. 3) Habrá que
esperar el desenlace final escatológico mediante la resistencia pasiva. 4) Dada la tremenda injusticia del Imperio
romano, se forman comunidades alternativas cuyos miembros viven conforme al
amor solidario entre ellos y en medio de estilos de vida injustos; las
comunidades cristianas eran como una sociedad creyente dentro del imperio
idólatra. 5) Ante las mayorías
empobrecidas, y dada la imposibilidad de transformar la bestia imperial, la
ayuda solidaria a personas enfermas, empobrecidas y represaliadas.
-Entre las actitudes de respeto señalamos: 1)
Integrarse al Imperio para el lograr bienestar personal sin abandonar la
comunidad cristiana. 2) Aunque disconformes con el Imperio, por supervivencia
se someten a él. 3) dado el éxito que obtiene el imperio a nivel político,
militar, económico, cultural, religioso y social, aun tratando de ser
cristianos imitan costumbres y tradiciones romanas que consideran atractivas.
4) Sometimiento por miedo a la represión.
El NT da
información sobre estas y otras actitudes críticas y conformistas. Pero en
nuestra época moderna, ¿cómo nos comportamos los cristianos?
En los siglos XX y XXI
Hoy día y
después del desmantelamiento de la Unión Soviética solamente existe una
superpotencia política, militar, económica y científica en la Tierra: Estados Unidos, que ejerce su
dominación mundial a través de la alianza estratégica con la Unión Europea y la
OTAN. Asimismo, se vale de otras alianzas económicas y militares regionales,
junto con más de mil bases militares regadas por todo el mundo. Existen otras potencias
regionales, tales como China, Rusia, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido o
India…, unas más afines y otras más autónomas, pero todas ellas, han de
respetar al imperialismo norteamericano.
Estados Unidos,
con las potencias aliadas y a través del capitalismo neoliberal, promueve la
hegemonía en los diferentes Estados subordinados (democráticos o
dictatoriales), de las clases
enriquecidas (minoritarias) contra las clases
empobrecidas (mayoritarias). Según sea el desarrollo que alcanzan las
naciones, las clases medias
satisfechas serán mayores o menores. Pero
los Estados
independientes, tendrán que sufrir del Imperio bloqueos económicos o
guerras agresivas.
Aunque haya
algunos creyentes que piensan en la violencia para mejorar el mundo, mayoritariamente en la Iglesia se sigue
manteniendo la actitud “no-violenta- activa”. Los cristianos ante el Imperio
norteamericano se clasifican:
-Transformadores. Son minoría.
Entre ellos están: 1) Opuestos radicales: Frente al
capitalismo imperialista tratan de construir otro sistema que sea solidario y
justo, donde todos los pueblos gocen de autodeterminación, sin ningún Estado
dominante; realizando su compromiso en organizaciones cristianas o en
organizaciones populares. 2) Opuestos moderados: Estando de
acuerdo que el Imperio capitalista es la causa de que haya en todos los pueblos
mayorías empobrecidas, se centran más en ayudar a las víctimas que en rechazar
el sistema opresor.
-Colaboracionistas. Son mayoría. 1)
Integrados
reparadores. Son los cristianos simpatizantes con el sistema, aunque
piensan que serían convenientes algunas reformas de fachada para humanizar el
capitalismo imperialista. 2) Integrados satisfechos. Los
creyentes colaboracionistas, bien situados o enriquecidos. Estos cristianos no
tienen en cuenta ni el profetismo bíblico ni la Doctrina Social de la Iglesia.
Para ellos el capitalismo neoliberal bajo la hegemonía del Imperio
norteamericano, es el mejor sistema conocido.
Esperanza
Pero las masas
empobrecidas y explotadas de los pueblos, aspiran a una vida digna. Si con
Jesús, hemos de trabajar en la liberación de los oprimidos junto a los
movimientos humanistas, ¿Cuáles son las actitudes de los cristianos hondureños
ante el poder?
Documento
SOCIALISMO DEMOCRÁTICO
Pedro Serrano García
Aspiraciones
humanas
En
Honduras, frente al capitalismo neoliberal global que mantiene a las mayorías
sumidas en el subdesarrollo y la pobreza, habrá que levantar un socialismo
libertario nacional para lograr la promoción integral y el bienestar general de
la totalidad de la población.
El socialismo
democrático que necesita Honduras y el mundo, será diferente del
comunismo dictatorial estalinista que predominó en la Unión Soviética hasta su
desaparición a finales de los ochenta del siglo XX. Se trata de un
nuevo socialismo popular y no totalitario, al servicio del
pueblo y no del partido, fraternal con los pueblos y no dominante de naciones.
Tampoco se parece a la social-democracia que ha predominado en Europa, puesto
que si favoreció algo a la clase trabajadora fue para potenciar al capitalismo
y vencer al comunismo. Hoy, ya desaparecida la Unión Soviética, los partidos
conservadores están desmantelando el Estado del Bienestar con la colaboración
de los partidos social-demócratas.
El
capitalismo es un sistema de muerte contra las mayorías, que hay que
transformar en socialismo como sistema de vida para la totalidad de la
población.
El
capitalismo que impera en Honduras se manifiesta en varios aspectos
principales: explotación, opresión, represión y violencia; también en
corrupción, criminalidad, caos e impunidad. El capitalismo está al servicio del
enriquecimiento de la clase privilegiada, impidiendo a las mayorías una calidad
educativa, una organizada sanidad, una promocionada cultura y un desarrollo
tecnológico.
Honduras
necesita un cambio de los corazones de todos sus habitantes. Asimismo, habrá
que ir poniendo en marcha las reformas necesarias en educación, salud, empresa,
agricultura, industria y finanzas. Para ello, se comenzará refundando el Estado
de Honduras.
Sistemas
opuestos
Frente
al Estado de derechas que privilegia a los ricos, implantemos el Estado de
izquierdas que beneficia al pueblo. Frente al predominio de la propiedad
privada oligárquica, prioricemos la propiedad pública al servicio de todos,
protegiendo la pequeña propiedad tanto de uso y consumo como de producción.
Frente a la libertad de mercado y empresa al servicio de los poderosos,
admitamos la intervención económica del Estado para que resplandezca la
justicia. Frente a la religión supeditada a la ley del mercado que beneficia a
los enriquecidos, promocionemos la libertad moral y religiosa liberadora de los
oprimidos. Frente a la sanidad y educación privadas como negocio, demos
prioridad a la sanidad y educación pública para el buen vivir de las mayorías.
Frente al inmovilismo capitalista, favorezcamos el dinamismo socialista,
adaptándonos a los cambios que exija la realidad.
Transformaciones
y mejoras
Para
instaurar el Estado popular habrá que abolir el Estado burgués. Implantemos la
economía del bien común, aboliendo la economía de los privilegiados.
Promocionemos la democracia popular participativa, que haga desaparecer la
democracia elitista representativa. Demos preferencia a la solidaridad
económica y social respecto a la competencia mercantil y transnacional. Evitemos
el abuso descarado de los grandes conglomerados económicos tanto nacionales
como extranjeros.
Establezcamos
la fiscalidad progresiva para favorecer la igualdad de la ciudadanía, aboliendo
privilegios, exenciones y evasiones de impuestos y de capitales a las grandes
empresas y multinacionales. Trabajemos por la soberanía nacional para frenar la
dependencia del imperio. Legislemos los derechos de los trabajadores por encima
de la ganancia empresarial. Dediquemos las inversiones para progreso de todos,
evitando la acumulación y el despilfarro burgués. Implantemos el gobierno del
poder popular, contra el gobierno del poder oligárquico.
¿Cómo
comenzar el socialismo?
La
Asamblea Nacional Constituyente, será la base para crear un nuevo pacto social
contra la corrupción burguesa en todos sus ámbitos. Habrá que legalizar el
referéndum para revocación de gobernantes y decisiones transcendentales del
Estado. Los partidarios del liberalismo en las agrupaciones políticas populares
deberán abandonar esa ideología capitalista para asumir la ideología
socialista.
Las
organizaciones populares deberán estar constantemente en acción contra el poder
oligárquico: con asambleas, encuentros y talleres de formación; pero sobre
todo, con movilizaciones, manifestaciones, tomas pacíficas, huelgas de hambre y
cualesquiera otras acciones simbólicas que ayuden a la concientización del
pueblo y la limitación del poder burgués.
Dado
que la alternativa está en: el servicio al pueblo o el sometimiento a las
élites, habrá que aumentar la fuerza popular frente a la fuerza oligárquica.
Eso sí, siempre por vías pacíficas y democráticas. No se trata de
destruir a los poderosos, sino de ayudarlos a que colaboren en la implantación
de la justicia, la igualdad y la libertad para todos y todas.
En
la globalización, el sistema capitalista neoliberal, es impuesto por el
imperialismo y las potencias económico-militares. Para conseguir el socialismo
democrático que sirva para bien de todos y todas, habrá que unirse a los
pueblos que están en vías parecidas a las que aspiramos proyectar en Honduras,
empezando por los de nuestra región de América Latina y el Caribe.
Frente
a la ley de la fuerza que imponen las élites imperiales internacionales y las
oligarquías nacionales, debemos optar por la razonable justicia que ampara a
toda la ciudadanía del Estado.
Solidaridad
popular ha de ser el nuevo nombre del amor que nos propuso Jesús de Nazaret,
pues con ella lograremos el bien común nacional, regional y universal. Así como
la luz del amanecer evapora las tinieblas de la noche, la solidaridad ha de ir
disolviendo el egoísmo para que resplandezca la liberación de los empobrecidos.
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